CTA, SEO, SEM, KPI… y así una lista interminable de conceptos de marketing digital que producen auténticos quebraderos de cabeza. Uno de los que más en tendencia está en los últimos días es el CRO o Conversión Rate Optimization (Optimización del Ratio de Conversión).
Este concepto abarca un conjunto de procedimientos que tienen como objetivo final mejorar el rendimiento de un sitio web en relación a su tasa de conversión. En pocas palabras, se trata de lograr que el número de visitantes de tu página web se conviertan en registros o clientes.
¿Incrementaré las visitas a mi web mediante el CRO?
El CRO no se basa en aumentar el número de visitas, sino en hacer que esa misma cantidad de visitas se traduzca en un mayor número de acciones por parte de estos visitantes.
Por ejemplo, un comercio online tiene 1000 visitas diarias de las cuales solo 30 se convierten en ventas. Gracias a una estrategia CRO esas 1000 visitas diarias pueden seguir siendo iguales, pero podría generar un incremento en las ventas.
¿Cómo funciona?
Se trata de averiguar lo que tienes que hacer para que los usuarios, una vez lleguen a tu página web, lleven a cabo la acción que deseas, ya sea compra, suscripción, etc. Para ello es necesario cambiar la experiencia del usuario haciendo que como propietario de esa web tengas más posibilidades de convertir las visitas en clientes.
Básicamente, se emplean herramientas de medición —como puede ser Google Analytics, entre otras muchas— para detectar aspectos como la procedencia del tráfico que llega a tu web, en qué parte de esta se han convertido o la han abandonado sin convertir.
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